La crisis de ganancias se anteponen sobre las personas y el planeta
Desplazarse hacia abajo
Los sistemas energéticos actuales (en los que el desarrollo, el control, la propiedad y la toma de decisiones en materia de energía residen en Wall Street y en las empresas privadas de electricidad) tienen un impacto negativo en la salud y la seguridad de las comunidades, y no proporcionan la energía necesaria para vivir, especialmente ante el desastre climático.
Lograr la justicia energética: Ahorna necesitamos un modelo energético impulsado por el pueblo
Descentralizado
La energía renovable producida y gobernada localmente proporciona energía segura y fiable.
Democratizado
La influencia y la toma de decisiones de la comunidad satisfacen las necesidades medioambientales, económicas y la justicia social.
(Re)Distribuido
Todas las personas tienen acceso a la energía necesaria para vivir, aprender y trabajar, sin sacrificar la salud ni el bienestar de ninguna comunidad.
Diversificado
Los sistemas energéticos comunitarios están diseñados para funcionar en armonía con los ecosistemas locales, protegiendo la diversidad biológica y cultural.
Con un modelo de energía renovable impulsado por la población, cada comunidad controla y se apropia de todos los aspectos de las decisiones sobre el desarrollo energético local. Al restablecer este poder, nuestras comunidades pueden empezar a satisfacer nuestras necesidades energéticas, nosotros mismos.
Este es el camino hacia la justicia energética y la clave para responder a la crisis climática.
Un futuro energético reimaginado.
Las energía «renovable» por sí sola no logra la justicia. La solución a la crisis climática no es un cambio tecnológico hacia las energías renovables, sino una transformación de la economía extractiva que creó la crisis climática.
¿Listo para ver en acción los modelos energéticos impulsados por las personas? Consulte nuestra página de historias para ver ejemplos desde Puerto Rico hasta Alaska.