Una sola voz

-Ninguna comunidad, independientemente de su raza, nacionalidad o estrato de ingresos, debe cargar con los peligros medioambientales que contaminan el aire que respiramos y el agua que bebemos. El núcleo del movimiento por la justicia medioambiental exige que la gente no sólo simpatice con quienes se enfrentan a injusticias medioambientales, sino que también actúe para garantizar que todas las personas estén igualmente protegidas. La democratización de la energía es especialmente importante en este trabajo, ya que el control de los recursos energéticos para y desde la comunidad por parte de la comunidad es una salvaguarda contra las vulnerabilidades climáticas y económicas.

-La participación no democrática en el seno de las cooperativas ha dado lugar a comunidades asoladas por el aumento de las facturas de electricidad, la disminución de las oportunidades de empleo, la languidez de los salarios y el desmoronamiento de las infraestructuras. Además, la falta de propiedad y control de los recursos energéticos ha mantenido a las comunidades empobrecidas en estados de perpetua crisis económica e inestabilidad. Por ejemplo, en Belzoni (Mississippi), si se comparan los ingresos medios con el coste medio de la electricidad de la cooperativa y el consumo familiar medio, el coste de la electricidad puede llegar a representar el 42% de los ingresos de una familia. Esto se debe directamente a la falta de educación de los miembros-propietarios en cuanto a sus derechos y a la percepción de falta de propiedad y control sobre los recursos energéticos que se crea como consecuencia de ello.